Mis premios en menos de 1 minuto
Las pasiones humanas fusionadas en el transporte público más emblemático de la Ciudad de México. El desenfreno carnal detrás de uno de los parajes que la misma narrativa da continuidad de su anonimato.
Y el retrato de uno de los epicentros de la migración africana en el norte de España, fueron crónicas reconocidas en la primera década de este milenio, por la revista literaria Punto de Partida, de la UNAM.
Sin duda, además de un elogio y motivación a seguir contado historias, son la demostración de que lo cotidiano nunca tendrá fecha de caducidad. Siempre y cuando la mirada sea original y con ánimos estéticos.
Historial de premios
Ganadora del concurso 41 de la revista Punto de Partida de la UNAM (2012)
El sol comienza a presumir sus rayos. La ría indica el camino que ha de llevar a la “excepción bilbaína”. Abando es la estación de Metro más cercana. La elegante fachada que da entrada al tren que va a Santander marca la pauta entre “el bien y el mal”.
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San Francisco… un viaje por el inframundo bilbaíno
Ganadora del concurso 40 de la revista Punto de Partida de la UNAM (2009)
Todos se alistan. El camino es el mismo. Soberbiamente la noche comienza a presumir su máxima virtud y la congregación de varones se hace cada vez más intensa. Jóvenes estudiantes, algunos egresados y otros más que se anexan. Aún agotados por las clases en la universidad, deciden asistir a aquel espectáculo que saciará sus seis sentidos: los ya conocidos más el del sexo.
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El nuevo circo Massimo
Ganadora del concurso 39 de la revista Punto de Partida de la UNAM (2008)
Como Dios griego, se apareció entre lo que parecía ser el interior de un arcoíris. Medía más o menos 1.80, espectaculares, deliciosos, antojables y bellos músculos. Conquistadores, apasionantes, y atractivos ojos claros. Piel hermosa, excitante, semibelluda blanca; labios carnosos, seguramente exquisitos, rosados. Un paquete se asomaba entre sus piernas que se notaba desbordante en esa linda tanga varonil negra ¡Ahí viene!, ya de cerca parece modelo. ¡No puede ser!: -¡hola!-, digo con tono sexy. ¡Dios mío, me va a besar…!
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Mi alma se quedó en el Metro